miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA DOCTORA GIUBILEO

   Cecilia Enriqueta Giubileo nació en el año 1946 en General Pinto, provincia de Buenos Aires. Se recibió como médica cirujana en la Universidad Nacional de Córdoba el 9 de mayo de 1973, a sus 27 años. Era médica especializada en hemoterapia. Antes de recibirse hizo un paréntesis de dos años en su carrera, se casó con Pablo Chabrol, un futbolista argentino que jugó en España y en Grecia, y en este último país se divorciaron. Luego de este hecho, regresó a Córdoba para completar su carrera académica. Giubileo también estuvo en Colombia, donde realizó estudios sobre temas relacionados con la biología psiquiátrica. Dichos cursos estaban financiados por ciertas organizaciones “benéficas”, ligadas a la CIA (Central de Inteligencia Americana).

   La doctora Giubileo debió ser hospitalizada en dos oportunidades en sanatorios privados de la ciudad de Luján debido a fuertes crisis depresivas. En la primera oportunidad, la causa desencadenante fue provocada por el efecto sufrido al comenzar a prestar servicios en las Colonias Open Door y Montes de Oca, las cuales antiguamente era un “chupadero” de la dictadura (año 1976). Luego la médica pudo recuperarse. Pero la segunda crisis depresiva estuvo conectada con la muerde de su padre. Fuentes allegadas a la doctora lo describían como “un hombre de personalidad despótica que había vivido años sin ver a su hija y que la había internado en un instituto religioso cuando era pequeña”. Sin embargo, en los últimos años de vida del hombre hubo una relación más estrecha entre ambos.

   Cecilia no hablaba mucho de su pasado debido a que tuvo una infancia muy infeliz. Los padres se separaron cuando era pequeña y a ella y a su hermano los internaron en colegios religiosos distintos. “Cecilia no supo lo que era tener una madre y un padre, siempre temía ser abandonada. Es por eso que buscaba afecto en todas partes”.  La doctora habría desarrollado fuertes rasgos histéricos en su personalidad, los cuales se demostraban en las variadas y contradictorias relaciones afectivas que mantenía  simultáneamente: era la “nieta perfecta”, “la mujer liberal que hablaba de temas educativos y políticos”, se comportaba como “beata”, y era una “profesional diestra en la lucha por el ascenso social”.

   La doctora había comenzado en enero de 1977 los trámites para ingresar a la Colonia Montes de Oca y pocos meses después su solicitud fue aceptada. Su aceptación tuvo dos aspectos llamativos: por un lado, la velocidad con la que sorteó todos los obstáculos para ingresar ya que en plena dictadura militar, las autoridades de establecimientos públicos debían enviar una copia de la solicitud a la Policía, federal o provincial, y otra al Servicio de Inteligencia de Estado (SIDE); y por otro lado, la familia de su marido fue víctima de las persecuciones ocurridas durante la última dictadura miliar y dos de sus cuñados figuran entre la lista de desaparecidos. Una teoría indica que la doctora estimaba que sus cuñados desaparecidos estaban encerrados en la colonia.


   La doctora además de trabajar en la Colonia Montes de Oca también lo hacía en otra colonia muy cercana que llevaba el nombre Doctor Domingo Cabred, en Open Door. Su simultánea labor estaba en absoluta incompatibilidad ya que no se pueden tener dos puestos públicos a la vez y estaba a punto de ser exonerada de este último lugar debido a la falta presentada. A su vez, Giubileo atendía a sus pacientes particulares que le consultaban por dolencias o enfermedades crónicas en la casa de una señora llamada Inés Montoyo, ubicada en el pueblo de Torres. 









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