miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA COLONIA MONTES DE OCA 

   

   La Colonia Neuropsiquiátrica Montes de Oca, ubicada en la localidad bonaerense de Torres en Luján, fue creada en el año 1908 bajo el régimen de “asilo, escuela y colonia”. En ella, los internos de ambos sexos recuperarían sus capacidades a través de tareas en agricultura, ganadería, horticultura, jardinería, lechería, cría de aves o de cerdos, albañilería, entre otras tareas, y serían capaces de generar los recursos básicos para el autoabastecimiento de la colonia.  La mayoría de ellos no tenían familia ni nadie que los visitara. El creador de los establecimientos fue el psiquiatra Domingo Cabred, quien hablaba de “medicación moral” y estaba orgulloso de las unidades habitacionales en forma de chalets. Decía que daban “la impresión de un pueblo pequeño y no de un hospital de alienados”. Cabred hizo los psiquiátricos para atender gratuitamente a pacientes oligofrénicos. Era un terreno de casi 300 hectáreas, donde se construyeron 12 pabellones, con capacidad para albergar 1.200 pacientes.  El predio presentaba árboles centenarios, construcciones de principio de siglo, túneles inhabilitados (donde se descubrió que en el siglo pasado eran recluidos los locos muy violentos y peligrosos), un tétrico pantano y viejos pozos ciegos. Con el paso del tiempo la Colonia se convirtió en un “depósito de seres humanos” Respecto a las irregularidades de la Colonia se registraron pacientes que deambulaban por el predio desnudos, o durmiendo sin mantas en pleno período invernal, además del alto número de muertes atribuidas a accidentes de tránsito que han tenido lugar en las rutas y caminos que rodean la colonia.



   La Colonia Neuropsiquiátrica Montes de Oca es un anexo de la Colonia Open Door, la cual está ubicada a unos kilómetros de distancia y fue inaugurada también por el psiquiatra Domingo Cabred con el mismo fin.



  


















   En el año 2004 asumió Jorge Rosetto como director de la colonia Montes de Oca, quien contó que desde que inició su mandato hubo muchas denuncias, algunas con fundamentos y otras sin ellos. Con su dirección se iniciaron programas de transformaciones tanto en la organización como en la infraestructura del lugar, ya que cuando asumió observó: techos a medio derrumbarse, vidrios rotos, cables sueltos colgando de techos y paredes, lugares que apestaban a orina y heces, y sobre todo un muy mal cuidado de los enfermos mentales. En 2010 Rosetto lanzó un programa a través del cual los internos regresan a sus hogares y reciben un subsidio que financia su externalización e inauguró una nueva casa de día para catorce pacientes. 









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