miércoles, 23 de septiembre de 2015

INTRODUCCIÓN 

   El caso de la desaparición de la doctora Cecilia Enriqueta Giubileo es uno de los más grandes misterios de que se tenga memoria en la historia policial del país. La doctora desapareció en la noche del 16 de junio del año 1985 en la Colonia Neuropsiquiátrica Montes de Oca, lugar donde trabajaba. Giubileo había registrado, con precisión de fechas, nombres e historias clínicas, una serie de gravísimas irregularidades que vendrían ocurriendo tanto en la Colonia Montes de Oca como en la de Open Door. Entre dichas operaciones ocultas, Cecilia estaba investigando una supuesta red de tráfico de órganos, córneas y sangre que operaba clandestinamente con los internos. Si bien hay muchas teorías respecto a su desaparición, las que tuvieron mayores repercusiones y aún continúan en incertidumbre son: que haya sido secuestrada o haya huido por lo que había descubierto en la colonia. A lo largo de la investigación de su desaparición, sufrieron amenazas todos los que de alguna u otra manera estuvieron vinculados con ella: familiares, ex parejas, compañeros de trabajo, o conocidos suyos.

   La falta de una investigación profunda dio lugar a que se tejan las más intrigantes historias, muchas de las cuales alimentaron páginas enteras de diarios, revistas policiales, programas de televisión y radio, y en todas ellas la fantasía ocupaba un lugar importante en lo que aún se desconoce del tema, es decir, el paradero final o el desenlace de la doctora Cecilia Giubileo.


   Respecto al contexto político en el que ocurrió la desaparición de la doctora, fue durante los primeros años de la restauración de la democracia en el país (1983), aunque Giubileo había comenzado a trabajar en la Colonia en el año 1977 durante la última dictadura militar. Se comprobó que la Colonia Montes de Oca había sido un antiguo “chupadero” de personas durante dicho Gobierno de facto. En 1998 se comprobó también que Alejandro, el hijo discapacitado de Jorge Rafael Videla (militar y dictador argentino), estuvo internado en la Colonia. Además, se rumorea que allí se habría trasplantado de manera oculta un riñón al Comandante del Primer Cuerpo del Ejército, Guillermo Suárez Mason. 



















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